En el silencio puedo hallarte, oh Jehová. El ruido de este mundo, nos
impide escuchar tus dulces palabras.
Como un niño soy en tus brazos, oh Jehová. Quien
podrá amarme más que tu Señor? Aún en el desierto, habrá agua con tu compañía.
Quien tendrá tu bondad y escuchará mis súplicas
en el día de necesidad, más que tú Señor.
A la hora que te necesito estás, Señor. En el
minuto de mi enfermedad, tú estarás para librarme. Tú tienes todo el Poder y la
Gloria, bendito Dios. Tus enseñanzas son suaves y justas. Eres el Maestro de la
Vida, oh Jehová. Quién podrá límite a lo que quieres dar a tus Hijos.
Del conocimiento Divino serán llenados los que
te aman.
Tu conocimiento está en lo invisible. El que
quiera ver, no verá. Más el que vea sin mirar, es el que ha incurrido en el
máximo conocimiento de Dios.
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